Si quieren dar las gracias a alguien, por arruinar
a una región, dénselas a estos tres millonarios
A pesar de las buenas cifras que arrojó la última Encuesta de Población Activa (EPA), el análisis por regiones refleja que la mejora del mercado laboral se está produciendo a distintas velocidades, con varias comunidades arrastrando problemas estructurales de difícil solución. Asturias, Galicia y Castilla y León están afectadas por un envejecimiento de la población más acelerado y Extremadura y Andalucía por una tasa de paro de alrededor del 25%, frente al 16,5% que tiene el conjunto de España.
El mercado laboral divide el mapa de España en tres partes. Por un lado, la parte noreste del país junto a Madrid lidera la recuperación del empleo en 2017. Madrid, Baleares, Cataluña, Aragón, Navarra, La Rioja y el País Vasco son las Comunidades Autónomas con mayor tasa de ocupación y menor tasa de paro. Por otro lado, las mayores tasas de paro afectan al sur de país. Extremadura, Andalucía y Canarias lideran la tasa de paro por regiones, con un porcentaje que supera el 20%.
Por encima de la media nacional se sitúa también Castilla-La Mancha, Murcia y la Comunidad Valenciana. La esquina noroeste no está castigada por las cifras de desempleo anteriores, pero sí por el fuerte envejecimiento de la población que provoca un elevado porcentaje de inactividad, grupo de personas de 16 o más años que ni trabaja ni quiere trabajar.
Este grupo de personas lo conforman individuos enfermos, discapacitados, jubilados y estudiantes que no buscan trabajo. Asturias (49%), Galicia (47%), Castilla y León (44%) y Cantabria (45%) son las comunidades con mayor proporción de población que no está en disposición de trabajar.
En menor medida también afecta a Extremadura (45%) y Andalucía (43%), pero tienen un mayor porcentaje de jóvenes inactivos. Las regiones con mejores de tasa ocupación ejercen un efecto llamada en los trabajadores y parados que buscan oportunidades laborales, con lo que las regiones del noroeste se enfrentan a un vaciado de jóvenes y fuerza laboral que se mueven a otras regiones. Sobre todo jóvenes.
Según el informe regional de la EPA de Fedea, el caso opuesto lo representa Madrid, donde la tasa de inactividad no alcanza el 37%. "Claramente estas disparidades revelan diferencias regionales sustanciales en aspectos como el envejecimiento, pero también en cuanto a atracción de personas en busca de oportunidades laborales", indican.
Madrid representa por su mayor dinamicidad un foco de atracción de jóvenes que, tras finalizar su formación en otras regiones, ven en Madrid mayores posibilidades laborales que en otras regiones mucho menos dinámicas desde el punto de vista laboral. Algo que sucede con otras regiones como Cataluña. Con Baleares, que es la región más "joven" de España, en cuanto a ocupados se refiere, y que tiene mucho que ver con el hecho de que las actividades de hostelería se realizan mayormente con población relativamente joven.

El paro y la ocupación dividen España en norte y sur. La tasa de desempleo nacional se sitúa en 16,5%, pero Navarra, con el 9,6% y el País Vasco, con el 10,6% ofrecen tasas de paro que tienen poco que ver con las que presentan Extremadura (25%) y Andalucía (24%).
Las dos referencias reflejan la ausencia del sector industria y en menor peso de los servicios en las comunidades del sur. Desde antes de la crisis tenían un mayor peso de la agricultura y de la construcción. La ausencia de un desarrollo en otros sectores impide que se suban al tren de la recuperación del empleo.
Por ejemplo, en Extremadura la agricultura sigue ganando peso, casi el 14% de sus ocupados trabajan en este sector, que incide especialmente en la temporalidad y el paro. En menor medida también está sucediendo en Andalucía.
Fedea también destaca las diferencias regionales en la evolución del empleo femenino. La mujer es mayoritaria en el colectivo de parados (52%), y este hecho se produce en todas las regiones exceptuando Baleares (40%), el País Vasco y Cantabria. El desempleo en la mujer se ha cebado especialmente Aragón (que ha pasado 45% al 58%), en Castilla León (del 49% al 55%) y en Castilla La Mancha (del 48% al 56%).
El análisis indica que las actividades en las cuales el empleo está creciendo con mayor intensidad sean principalmente ocupaciones masculinas, lo cual beneficia a los varones parados pero no tanto a las mujeres paradas.