RÉGIMEN DEL 78, CONTINUIDAD DEL RÉGIMEN DE 1939
ARTURODEL VILLAR.EL rey decrépito Juan Carlos de Borbón y Borbón partió del aeropuerto de Vigo el 1 de agosto de 2023, después de haber pasado seis días en Sanxenxo (Pontevedra). Llevará un grato recuerdo de su estancia, porque su yate Bribón triunfó en una regata el 30 de julio, y porque todos los días un grupito de personas, en su mayoría periodistas, acudió a ver cómo embarcaba. Lo consiguió siempre apoyado en un asistente y en un bastón. Hicieron acto de presencia también algunos detractores, con pancartas en las que se leía “Galiza non ten rei”, y le llamaban ladrón. Mantuvo unos breves coloquios con los periodistas desde la ventanilla del automóvil, en los que respondió a la pregunta de si pensaba regatear más veces diciendo “Muchas veces, muchas veces”, y a cómo lo había pasado “Me voy muy contento y feliz”.
Tenía motivos para estar contento, porque había pasado seis días en su yate y en restaurantes bien atendido por servilones. Algunos comentaristas políticos han defendido que hiciera este viaje, alegando que es un español libre, exiliado en Abu Dabi por su voluntad, de modo que puede venir a España cuando quiera, porque eso es un ejerció democrático en un país democrático. Un argumento falso. En primer lugar, la democracia es el poder del pueblo, y en el reino de España todo el poder lo detenta una familia, porque así lo dispuso un militar golpista sin solicitar la opinión del pueblo. Por mucho que se empeñen en disimularlo, esta monarquía jamás podrá ser considerada democrática.
Si fuese una democracia el rey decrépito no podría estar residiendo en Abu Dabi, sino que debiera haber comparecido ante un tribunal de Justicia, para explicar el origen de su fortuna privada, calculada por la revista económica Forbes en dos mil millones de euros. Pero en el reino fundado por un militar fascista la Justicia no se atreve a procesar al rey, ni siquiera cuando está decrépito, y permite que se exilie para no tener que procesarlo.
En el supuesto de que este reino fuese democrático se detendría al decrépito en cuanto pisara suelo español, caso de no haber reclamado su extradición a los Emiratos Árabes para ser procesado, porque los emires son sus aliados, con los que ha hecho la fortuna, de modo que a ellos no les interesa que descubra secretos económicos delictivos.
Si el reino fuese una democracia esas personas que se manifiestan desde lejos, apartadas contundentemente por los guardaespaldas del rey decrépito, declarando que Galicia no tiene rey, hubieran podido exponer sus ideas en un referéndum libre, que decidiera si la mayoría de la población quiere vivir democráticamente bajo el sistema político elegido, o prefiere continuar obedeciendo la decisión unilateral impuesta por el dictadorísimo golpista, al instaurar la monarquía del 18 de julio, como él la denominó, para que continuara su régimen genocida que causó un millón de muertos entre la guerra y las ejecuciones de la posguerra. En los países que estuvieron sometidos a dictaduras, como Italia y Grecia, se celebraron referendos para permitir expresarse libremente al pueblo, y hoy son repúblicas democráticas consolidadazas sin ningún privilegio de casta.
En del reino de España no se acepta la organización de un referéndum porque aquí se ha producido una continuidad del régimen dictatorial, con el único cambio visible del responsable supremo, el rey designado por el dictadorísimo, permaneciendo intacta la organización de la dictadura. Aquí se proclamó una amnistía para hacer imposible acusar a los responsables de los crímenes cometidos durante la dictadura, porque el dictadorísimo no persiguió y ejecutó personalmente a sus enemigos, sino que fue auxiliado en esa tarea por una larga nómina de militares, policías, jueces, carceleros y esbirros enriquecidos. Evolución política se llama esta figura perversa.
Caso de ser una democracia, la familia del monarca no tendría facilidades para montar una organización mafiosa dedicada a chantajear a empresas y organismos públicos, gracias al temor impuesto por la fuerza del apellido Borbón, lucido por la jefa de la banda al ser hija del rey. Un juez tuvo la valentía de procesarla, pero el juicio resultó un esperpento ridículo, en el que ella se hizo la tonta para no asumir su responsabilidad en la comisión de innumerables delitos probados, y así resultó absuelta de toda culpa.
Llamar democracia a este régimen es un delito de lesa democracia.
ARTURO DEL VILLAR
PRESIDENTE DEL COLECTIVO REPUBLICANO TERCER MILENIO
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