Pilar Barrientos
Una no deja de sorprenderse diariamente de los "avances "conseguidos por las Mujeres. Surgen de pronto aquí, allá, y acuyá, asociaciones de mujeres de la más diferente índole: asociaciones contra la violencia de género, asociaciones de mujeres inmigrantes, asociaciones de divorciadas y separadas..y un sin fin de denominaciones, que a veces te enternecen, y otras, las más, te cabrean y te llevan a tomar posiciones y decir públicamente...que son una tomadura de pelo.
Al riesgo de ser atacada, no me va a coger en absoluto de sorpresa, el mes de Febrero de 1994 el periódico Extremadura fue un compedio de insultos y descalificaciones hacia mi persona, auspiciado por este tipo de asociaciones que he tenido el gusto de conocer y "padecer" en mi larga andadura, tanto dentro del movimiento asociativo como de responsable de las políticas de mujer, en esta nuestra Comunidad Autónoma, y por todo ello veo que nuestro devenir, sigue casi en el mismo lugar (me refiero al de las mujeres), reducido a unas cuantas subvenciones, palmaditas en la espalda y poco más. Supongo que este modelo puede ser trasladado a otras comunidades de este país, de ello nace mi cabreo.
Algunas de las asociaciones en defensa de la mujer, que conozco y lo puedo garantizar muy profundamente, están ahí para su propio beneficio y lucro. Algunas desafortunadamente, no saben más que vivir del dolor de las mujeres, se han convertido, mejor expresado. Nacieron como funcionarias al servicio de la Administración, pero en ningún momento se mostraron combativas ni receptivas ante situaciones de indefension y desamparo. Su único fin consistía en recibir fondos para mantener su estructura y sus honorarios (éllas saben muy bien de quiénes hablo). Obedientes del poder y sumisas.
Me producen y me siguen produciendo un enorme respeto aquellas ASOCIACIONES de los pueblos más insospechados de nuestra comunidad, que su único y primordial fin era y es poner en contacto a las mujeres; que salieran de sus casas y que supieran que el mundo no se reducía a su espacio doméstico, que compartieran sus experiencias y viviencias, y que sirvieran como motor de desarrollo y trasmisión del conocimiento, y algunas veces, incluso, ser protagonistas de lo que la sociedad patriarcal que les había tocado vivir día a día, les había negado. No deja de ser paradójico que las asociaciones que se tildaban de feministas, se referían a ellas con absoluto desprecio ¿Qué curioso no?. Nos llamaban asistenciales ¿Qué vulgar..verdad?
Por todo ello, dada mi larga experiencia (y no es arrogancia), desconfío de estas asociaciones, (en este caso de empresarias), que nacen a la sombra del poder, que intentan hacernos creer que conocen el mundo en que se desenvuelven. Por supuesto no me refiero a las asociadas, sino a las que se supone, van a dirigir "el tinglado", políticas, captadoras de subvenciones, sumisas del poder, defensoras a ultranza de su puesto de trabajo, vividoras de lo público, que no nacen desde la base, tan sólo nacen de su deseo de trepar a costa de las MUJERES, y además, curiosamente teledirigidas por un hombre.
ES LO QUE SE ESPERA DE NOSOTRAS, LO POLÍTICAMENTE CORRECTO.
FELIZ OCHO DE MARZO