Carlos A. García Onieva
Ya lo he expresado con anterioridad, Guillermo Fernández Vara, ni dice lo que hace ni hace lo que dice, porque lo que hace lo hace en su exclusivo beneficio pero dice que es por el bien de los extremeños, toda su conducta pública es un canto a la hipocresía, es el rey de los hipócritas, y cuanto antes tome conciencia de ello la sociedad extremeña, antes se librará de la nociva influencia de este supremo hipócrita y su pandilla de aprovechados.Veamos objetivamente si la conducta de Guillermo Fernández Vara coincide con la definición al uso de una persona hipócrita para que no se me acuse de subjetivizar.
El concepto de hipocresía proviene de un vocablo griego que hace referencia a la función de desempeñar un papel, de actuar. En la Antigua Grecia el hipócrita era un actor teatral, sin ningún tipo de connotación negativa.
Posteriormente, en esta misma cultura, se utilizó el término para referirse a aquéllos que “actuaban” en la vida cotidiana, es decir que fingían ser personas que no eran; significado que todavía se le da. Cabe mencionar que en la Biblia el concepto es utilizado en repetidas ocasiones y hace referencia a alguien que se aleja de lo que Dios desea; es decir, que es infiel.
Al día de hoy y viviendo en un mundo donde la vida se rige con un conjunto de reglas y acciones que todos los individuos deben realizar para moverse en el mundo de una forma aceptable; reglas que incluyen un comportamiento políticamente correcto que se encuentra delimitando lo existente entre lo permitido y lo prohibido. Aquéllos que violan estas reglas y aseguran no hacerlo, son hipócritas.
La hipocresía contempla dos acciones que deben combinarse, la simulación y el disimulo. La primera consiste en mostrar lo que se desea que se vea; mientras que la segunda consiste en ocultar aquello que no se desea que sea conocido por el entorno.
Es importante mencionar que una persona que actúa con hipocresía es aquella que, aprobando una serie de reglas y valores y acusando a aquéllos que no los cumplan, comete actos contra dicha línea de pensamiento y lo oculta o lo intenta ocultar.
Con todo esto podemos expresar que la hipocresía consiste en preconizar ciertos valores y aplicar otros en la vida cotidiana. Por ejemplo: un político como Guillermo Fernández Vara que dirige un territorio pobre de solemnidad y reniega de las actuaciones de su predecesor pero se adjudica un salario millonario del que ya disfrutaba dicho antecesor, por encima del que perciben el 99% de sus paisanos a los que dice querer parecerse; que a los cercanos permite compatibilizar dos cargos contrariamente a lo prometido; que sostiene una elite política en cuanto a ingresos concierne; que nada más tomar posesión de su cargo, practica el clientelismo y el sectarismo, al margen de la igualdad, mérito y capacidad, cuando no el amiguismo en el nombramiento de los cargo públicos recuperando gran parte de su anterior establishment con el que ya había gobernado; que organiza un concurso de méritos para adjudicar la dirección de una TV intentando disimular el dedo y consigue, previo pago indemnizatorio que oculta, que la anterior directora dimita; que elimina todo rastro de división de poderes en Extremadura nombrando alguien de su confianza como presidenta de un legislativo; que criticaba el desempleo de épocas pasadas pero calla cuando se produce bajo su mandato y carece de proyecto alguno para remediar la situación; que lejos de comenzar a cumplir sus promesas como la eliminación de un Consejo Consultivo lo instrumentaliza a modo de tribunal; que despilfarra 700.000 euros en unos premios sin sustancia e innecesarios; que además de incrementar sueldos aumenta cargos; que cada vez que se entrevista con un miembro del gobierno nacional manipula un hecho carente de consecuencias materiales; que ha llegado al gobierno con una mano delante y otra detrás en cuanto a planes concierne para intentar que Extremadura cambie; que ocultaba su infinita ambición y su disimulado resentimiento hacia quién le superó en 2011; que parece querer dar a entender que surgió por generación espontánea cuando es hijo primero y padre después, de un Régimen caciquil que ha asolado Extremadura desde 1982 hasta 2011 y que se reinicia cuan Ave Fénix en mayo de 2015 para darnos la puntilla..........
Otra muestra de hipocresía se encuentra en la personalidad pública que, frente a cámara, habla sobre la importancia de la solidaridad y la ayuda social pero, en su vida privada, jamás ayuda a nadie pese a tener los medios económicos necesarios para hacerlo.
La psicología explica que el comportamiento hipócrita consiste en explicar una acción propia por el entorno y atribuir las acciones del prójimo a cuestiones innatas. Esto supone un juicio sobre el otro y un justificativo sobre las propias acciones. Antes se abstenía por miedo a sus adversarios, ahora se explaya.
Hay quienes sostienen que la hipocresía es necesaria en política, pero desde luego es inaceptable el nivel patológico al que Guillermo Fernández Vara la ha elevado.