Cándido Conde-Pumpido ha sido nombrado nuevo presidente del Tribunal Constitucional (TC). A este señor le ha faltado tiempo para recordarnos su carácter reaccionario. Ya lo conocíamos, pero, por si lo habíamos olvidado, nos lo ha recordado.Conde-Pumpidu ha expresado nada más asumir el cargo que la “Constitución no permite ni la secesión ni la independencia ni la autodeterminación”.Como otras muchas personas defensoras del régimen de 1939 en su última versión (la de 1978), el flamante presidente del (TC) subraya de la impuesta Constitución española lo que le interesa, siempre obviando los artículos que nunca cumplen y les escupen la verdad a la cara.
El artículo 35, acerca del trabajo, expresa:
“Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo”.
Y el artículo 47, en referencia a la vivienda, dice:
“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”.
Ambos artículos, por poner sólo un par de ejemplos, los ignoran e incumplen por completo. Conde-Pumpidu sólo se ha acordado de lo que ya ha quedado dicho. Y no es falta de memoria, sino ejercicio de denodado cinismo.