Esta mañana discutía con mi madre, que pasa las tardes y noches de su vida alternando entre Interconomía y Belén Esteban, no se muy bien que coño le estarían diciendo en Interconomía para sacar ideas tan descabelladas como las que me estaba soltando. Os voy a ser del todo sincera, va, yo he votado al PP, si, me levanto y alzando la voz lo reconozco, como en proyecto hombre, “Hola, me llamo Paloma y he votado al PP”, “Bienvenida Paloma”, “Gracias” respondo con absoluta vergüenza. Como podréis imaginar yo le rezaba al niño Jesús de pequeñina y en lugar de ser “entrenada por etarras” como dice vuestro amigo de libertad digital iba a catequesis y hacíamos acampadas y rezábamos y nos confesabamos y esas cosas que ya sabéis. Lo digo para que no perdáis el tiempo buscando mi pasado oscuro como militante de IU o cualquier otro de “extrema izquierda” porque no lo vais a encontrar, yo, hasta hace dos días, era lo que se dice de derechas. Aclarado mi impoluto pasado, virgen de toda perversión izquierdista, paso a nombraros un concepto que creo que deberíais revisar urgentemente.